tener mascota
- Esto es Ocio
- 20 oct 2016
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De los recoveros a las sofisticadas tiendas de mascotas sólo ha pasado medio siglo, en los sesenta en nuestros pueblos, los recoveros se encargaban de proveernos de los pequeños animales de "patio" como gallinas y conejos, patos y pollos, palomas y pavos que las mujeres criábamos con amor y con el fin de verlos en la cazuela, entonces no teníamos mascotas, también teníamos algún animalillo al que llamábamos "de la casa" los canarios que deleitaban con sus cantos de la mañana a la noche, en algunas casas de planta baja tenían gato y eran poquísimas las familias que tenían un perro en casa, el perro era un animal de campo, de finca, como los burros, los caballos...
Los pueblos van viendo salir a la gente joven, importamos costumbres y tendencias modernas de otros países y culturas y escondemos nuestra soledad y las carencias afectivas que la sociedad moderna impone en una figura animal, "la mascota", esa ave, reptil, pez o mamífero que es "como de la familia", que absorbe parte de nuestro tiempo, que "parece" que tiene algo nuestro y que se cuela en nuestro sistema emocional, la mayor parte de las veces por méritos propios, en la minoría de la veces por convencionalismo, snobismo o mimetismo, al final, un perro, un gato, un loro, un hamster o las carpas en la pecera... son los mejores compañeros de personas multiocupadas y archiindependientes.
Viajé a Portugal a finales de los ochenta por primera vez y al llegar Entroncamento, fui al visitar el Mercado Municipal y allí estaban los recoveros con sus jaulas de pollos y gallinas, de conejos y pavos y eché de menos mi infancia y aquel concepto de criar animales y hoy que tengo mascota, mi querido Lucky, no dejo de admirar a mis vecinas que crían sus gallinas para comer mejores huevos, aunque eso no sé si debería contarlo aquí.
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